Colillas de cigarro, este es el daño que provocan al medioambiente

Hablar de tabaquismo es complicado, pues sabemos que depende de cada consumidor dejar de fumar o no; por ello, hoy vamos a enfocarnos en las colillas de cigarro. Después de todo, quizá no podamos convencer a otros de parar de fumar, pero sí de ser responsables con los desechos de los cigarrillos y, así, contaminar menos el planeta para todos nosotros.

Si bien fumar es un hábito y una adicción que puede ser difícil de superar, el depositar las colillas de cigarro en el lugar apropiado, tales como contenedores de colillas o ceniceros de piso y pared, no es nada complicado de hacer.

Es por esto que, en esta ocasión, hablaremos de todo el daño que estos residuos ocasionan a nuestro hábitat cuando, irresponsablemente, se tiran en cualquier lado.

¿Qué son las colillas de cigarro?

Antes de hablar del tema de la contaminación, necesitamos saber a qué nos enfrentamos, por ello, primero debemos tener en claro qué son las colillas de cigarro.

Si bien el filtro del tabaco (la esponjilla) y las colillas de cigarro son, en esencia, lo mismo, también hay una gran diferencia entre la una y la otra.

Las colillas de cigarro son los residuos sólidos que quedan de los cigarrillos después de haberlos fumado. Propiamente, se conforman del filtro de los tabacos.

La diferencia es que, mientras el tabaco no haya sido fumado, la colilla puede considerarse meramente como un filtro; pero, si ya se consumió el cigarro, entonces se considera como colilla, la cual, es peligrosa debido a que la esponjilla queda impregnada mediante el humo con residuos dañinos para la salud y el medioambiente.

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¿Cómo afectan las colillas al medioambiente?

Los principales elementos afectados por las colillas de cigarro son el agua y el suelo. Cuando una persona fuma y no hay cerca un cenicero o un recolector de colillas, suelen arrojarlas en jardineras, coladeras o simplemente tirarlas en la calle, sobre las banquetas.

Cuando llueve o se arrojan al alcantarillado, el agua libera las sustancias tóxicas que el tabaco dejó en el filtro, quedando disueltas en el agua y contaminándola. Asimismo, el suelo absorbe el líquido nocivo, lo que, a la larga, provoca que la superficie se vuelva impermeable e infértil.

Lo peor de todo, es que gran cantidad de estas aguas desemboca en ríos y océanos, arrastrando así los elementos tóxicos hasta ellos y poniendo en riesgo el ciclo ecológico de peces, moluscos, reptiles y aves.

En otros casos que no son menos dañinos, las personas arrojan sus colillas por las ventanillas de los carros hacia los bosques, o simplemente no las apagan por completo antes de tirarlas en la naturaleza (¡que tampoco deberían dejarlas allí!). Y así es como se ocasionan algunos de los grandes incendios forestales.

¿Qué elementos dañinos contienen las colillas?

Con las distintas marcas y niveles de calidad de las empresas de tabaco, puede decirse que cada cigarro contiene su propia composición química, aunque la mayor parte es similar para todos.

Los cigarrillos están compuestos por tabaco, papel y filtro a base de acetato de celulosa. Al encenderlos y fumarlos, el humo desprende unos 7000 componentes, de los cuales, casi 70 son sustancias que pueden ocasionar cáncer (arsénico, benceno, alquitrán o cadmio, por mencionar algunas).

Tampoco podemos olvidar que, comúnmente, varios metales pesados e insecticidas están presentes en los cigarrillos. Todo esto y más son las sustancias que una persona introduce a su sistema cuando fuma, pero, también, al medioambiente cuando tira la colilla en sitios no destinados a ello.

¿Cómo combatir esta contaminación?

Hoy en día no existe un método efectivo para eliminar las colillas ni la contaminación que estas provocan. No obstante, se han desarrollado diversos métodos para tratar de aminorar la contaminación que provocan.

Actualmente, una de las mejores herramientas para combatir la contaminación de las colillas de cigarro es la propia naturaleza, pero, ¿cómo?

Esto se da a través de los hongos de la pudrición blanca, mismos que aparecen en los troncos de los árboles, se alimentan de madera y sobreviven a situaciones donde existen metales.

En un ambiente controlado, se consiguió que crecieran sobre las colillas y, conforme el tiempo pasó, absorbieron parte de los componentes dañinos en estas, más no los filtros en sí (pues el acetato de celulosa no es degradable), pero sí redujeron la toxicidad en estos.

Gracias a ello, es posible reciclarlas para crear materiales como hojas de cuaderno o suelas de zapatos. Claro, otra forma en la que nosotros, fumadores o no, podemos contribuir, es a tirar las colillas de cigarro en los botes correspondientes, ceniceros o recolectores de colillas.

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